El whisky es una bebida alcohólica que es amada por muchos conocedores de todo el mundo. Está hecho de cebada maltosa, cereales y agua, fermentada y destilada antes de envejecer en barriles de madera. Durante el envejecimiento, el whisky presenta el sabor y el aroma de un barril de madera y forma sus características icónicas.

Sin embargo, para apreciar plenamente el sabor del whisky, es importante tener una cristalería adecuada. El vaso de whisky más común es el clásico tumbler, que es corto y ancho y tiene una base gruesa. Este tipo de vidrio se puede agarrar bien y fácilmente. También es lo suficientemente grande como para acomodar dos tomas o varios cubos de Hielo.

La forma del vaso también es importante para capturar el aroma del whisky. El tumbler tiene un borde amplio que permite que el aroma se emita y se disfrute. La amplia apertura en la parte superior del vaso también permite al whisky respirar y liberar su sabor.

Otro vaso de whisky popular es el de grankane. Este vaso tiene una forma similar a la de un vaso de vino y un borde más estrecho, lo que permite dirigir el aroma hacia la nariz. La forma de la Copa grankane también permite al whisky girar, liberando más aroma y sabor.

En general, un buen vaso de whisky se caracteriza por una base sólida, una base amplia, bordes anchos y formas que mejoran el aroma y el sabor del whisky. Ya sea que te guste el clásico tumbler o el vaso de glencairn, elegir la cristalería adecuada puede ayudarte a apreciar plenamente la complejidad del buen whisky.